En realidad si te duele el amor…es que quizás no sea “buen” amor.
- El buen amor no duele. El buen amor genera bienestar, plenitud y nos devuelve una gran sensación de libertad.
- El buen amor da y entrega sin olvidarse de si mismo y sin pensar en recibir a cambio.
- El buen amor no siente culpa ni pone la culpa en tejados ajenos.
- El buen amor sabe que amarse a uno mismo y poner límites no es egoísmo, es un acto de buen amor así mismo.
- El buen amor no transacciona, aunque si es un experto en negociar…
- El buen amor une, nunca separa.
Cuando el amor duele, toca para parar y revisar
Revisar si me estoy amando realmente en esa relación, o si en algún momento me he abandonado, me he dado la espalda, me he vendido…bajo la silenciosa fantasía de que así quizás pueda asegurarme el amor del otrx.
En ese darme la espalda y poner el foco de mi atención en el otro, he perdido toda opción de ser amada. De sentirme amada mejor dicho.
Porque da lo mismo cuanto me ame el otrx, nunca hay suficiente amor para alguien que no se ama así misma.
Nada externo puede llenar el agujero que deja el hecho de anularnos, olvidarnos y abandonarnos a nosotras mismas.
Nada.
Las mujeres que sufren Dependencia Emocional, tienen un patrón de darlo TOOOOODOOO al inicio de una relación. Sin filtro, sin comprobar, sin cuestionar. Lo hacen en el nombre del amor, porque existe dentro de ellas una creencia condicionada de que eso es el amor; que para conseguir (y mantener) el amor, hay que darse y entregarse enteramente.
Paradojicamente consiguen lo contrario. (el otrx se va)
Y si el Otrx se queda, ya se ha generado por lo general, una relación disfuncional debido al desequilibrio en el dar y el tomar.
El malamor, el amor que duele y hace sufrir, se aprende.
Nos lo enseña y normaliza nuestra cultura, y la integramos en nuestros primeros vínculos a partir de los modelos que habitan nuestros tempranos ambientes de crianza.
De esto y mucho más hablaremos en la charla gratuita en TERAI COSMETICA el jueves 15 de marzo.