De un día para otro estamos de nuevo en el trabajo, volvemos a la rutina diaria llena de obligaciones y cargas y las vacaciones parecen haber sido un sueño pasajero. Los expertos llaman síndrome postvacacional al proceso de readaptación de vuelta al trabajo y al cambio de estilo de vida que supone el fin del periodo estival.
La mochila de responsabilidades nos pesa más sobre los hombros y puede hacernos sentir más apáticos, fatigados y tristes. Una de cada tres personas sufre este bajón anímico (pero no hay que desanimarse). Tal y como recoge la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, esta situación de astenia y decaimiento es pasajera y suele durar menos de 15 días.
Consejos para superar el síndrome postvacacional
Para adaptarse con facilidad a los ritmos de la ciudad, a los múltiples deberes y a los nuevos horarios, existen algunas medidas que nos ayudarán a vivir este trance de forma más llevadera y a superarlo más fácilmente:
Dormir 8 horas: los horarios anárquicos del verano nos han transpuesto las horas de sueño. Es momento de establecer horarios para descansar lo suficiente, no acostarse muy tarde y poder madrugar con ánimo, habiendo dormido unas 8 horas. Si sufres un poco de insomnio, evita tomar excitantes como el café y el alcohol, dúchate antes de ir a la cama y hazte un masaje por el cuerpo con algún aceite vegetal con hierbas calmantes, que te relajarán y te ayudarán a conciliar el sueño.
- Practicar deporte: es una buena forma de ponerse en forma después de los excesos del verano. El deporte nos ayuda a equilibrar cuerpo y mente, y nos da energía para iniciar un nuevo curso. Tampoco hay que machacarse en el gimnasio, basta una hora 3 veces por semana o practicar relajación, dedicándonos tiempo para nosotros mismos. Si necesitas un empujón para desquitarte la pereza, existen aceites esenciales (como el lentisco, la siempreviva y el espliego) que nos estimulan y activan. Tu cuerpo se sentirá más ágil y en paz, y por tanto, tu espíritu también.
- Preparar nuevas escapadas: no hay que pensar en lo que fue, sino en lo que será. Organiza tu tiempo libre y aprovecha los fines de semana: pasea por el monte, camina por la playa (aunque sea con chamarra), visita alguna exposición… También puedes empezar a preparar la próxima escapada o viajecito, cotillea por internet, mira ofertas y elige destino y fecha. Con antelación, te costará menos.
- Tratamiento holístico: prepárate tu pequeño rinconcito spa en casa, pon incienso, música relajante y hazte con cosméticos de belleza que mimen tu cuerpo, tu mente y tu alma. Tras la exposición solar y la sequedad del verano, tu piel necesita una dosis extra de limpieza, hidratación y suavidad. Empieza por eliminar las impurezas del rostro con una crema limpiadora no agresiva que desinfecte en profundidad; a continuación pásate un algodoncito empadado de tónico a base de rosa de damasco, que cerrará los poros y evitará que entre suciedad. Por último, aplícate una fórmula hidratante de extractos vegetales realizando suaves masajes circulares sobre cara y cuello, que te aliviará de la carga emocional y sanará la tu piel.
Aunque estos primeros días de vuelta al trabajo se nos hagan cuesta arriba y todo nos parezca un mundo, el síndrome postvacacional puede superarse y hay que mirar la parte positiva: septiembre es un mes para iniciar nuevos proyectos, fijarse otras metas y aprender más conocimientos. Dicen que la mejor historia está por contar, ¿no? Lo importantes es la actitud que adoptemos frente a la vida, lo demás será coser y cantar.