Aunque muchas veces lo olvidamos, somos un microcosmos que formamos parte de la naturaleza, el macrocosmos. Las filosofías holísticas y ancestrales creen que el macrocosmos está compuesto de Elementos; por ejemplo el Ayurveda habla de 5 Elementos: Eter, Aire, Agua, Fuego y Tierra. Eter es el espacio que ocupa la materia; Aire, Agua y Tierra, se refieren al estado gaseoso, líquido y sólido de la materia, respectivamente, mientras que Fuego es la energía de transformación de la materia de un estado a otro. ¿Somos nosotros un reflejo del macrocosmos? ¿Podemos encontrar estos Cinco Elementos en nosotros mismos?
- La Tierra implica solidez y estabilidad, y se ve manifestada en las estructuras sólidas: huesos, células y tejidos.
- El agua implica cambio, como la erosión que se produce en la naturaleza por el paso de un río entre las montañas, y la podemos encontrar en las materias líquidas y viscosas tales como la sangre, linfa, etc, las cuales transportan los nutrientes necesarios para que el cuerpo siga evolucionando.
- El aire es movimiento y está representado por ejemplo por el oxígeno, la base de las oxidaciones que ocurren en nuestro organismo y provocan el envejecimiento.
- El fuego es la energía que interviene en el metabolismo, el que produce la energía necesaria para el funcionamiento del cuerpo humano.
- Y finalmente Eter es el contenedor que separa un microcosmos de otro, es decir el cuerpo humano como tal. También lo podemos encontrar dentro de nosotros, en los espacios vacíos que permiten que ocurran funciones en su interior como por ejemplo, los vasos sanguíneos, etc.
Con lo cual, queda claro que somos un reflejo del macrocosmos y que al igual que sentimos que tenemos que cuidarnos y respetarnos también tenemos que hacer lo mismo con la naturaleza.
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